domingo, 27 de abril de 2014

Final del juego

El cuento es narrado por una niña que vive en una casa con su madre, su tía y sus hermanas Holanda y Leticia. A la hora de la siesta, las niñas salen por la puerta que da a las vías del ferrocarril y juegan a un juego llamado estatuas y actitudes en el cual se sortea quien de ellas tiene que interpretar una estatua o actitud. La gente que pasa en el tren las observa mientras juegan y ellas piensan que esto hace más divertido el juego. En particular, un joven llamado Ariel, las observa atentamente cada vez que las niñas actuan. Obviamente, las niñas se sienten emocionadas de saber que tenian un espectador en particular que las idolatraba.

Esta imagen representa a las personas sacando sus cabezas por la ventanilla del tren para observar a las niñas jugando. Al principio, las niñas no podían llegar a ver a la gente por la velocidad a la que pasa el tren, pero con el tiempo se dieron cuenta que ciertas personas esperaban atentamente sus estatuas. “Casi no veíamos a la gente de las ventanillas, pero con el tiempo llegamos a tener práctica y sabíamos que algunos pasajeros esperaban para vernos”. El cuento también hace referencia a los chicos que volvían del colegio y se paraban para verlas o gritarles algo. “Los chicos que volvían del colegio sentados en los estribos gritaban cosas al pasar, pero algunos se quedaban serios mirándonos”.



Esta foto muestra la escena final en la que Leticia le roba joyas y ropa a su mama y a Ruth y se disfraza para hacer su estatua. “Como el juego marcaba estatua, le elegimos cosas preciosas que iban bien con las alhajas, muchas plumas de pavorral para sujetar el pelo, una piel que de lejos parecía un zorro plateado y, un velo rosa que ella se puso como un turbante”. Me imagino a la niña disfrazada de madre parecida a la que aparece en la foto.

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